A la hora de reformar una vivienda o estancia, una de las primeras dudas que nos vienen a la cabeza es: ¿empapelar o pintar? Aunque su precio es más alto que el de la pintura convencional, empapelar una estancia es más sugerente y ofrece posibilidades, acabados y texturas con las que la pintura todavía sueña alcanzar.
El papel pintado ofrece múltiples ventajas frente a la pintura, lo que compensa en calidades y garantías la diferencia de precio que se lleva con esta. Entre sus ventajas destacan la precisión de acabados, texturas y colores, protegen las paredes de rozaduras, son lavables por lo que ofrecen un fácil mantenimiento y cada vez su retirada de la pared o superficie, es más sencilla. Además, ofrecen cientos de opciones decorativas y de combinaciones. Por otro lado, el papel pintado es más resistente, soporta en muy buen estado el paso del tiempo y puede colocarse en casi cualquier lugar.
Pero… ¿cómo elijo el papel pintado?
El papel pintado es el complemento ideal para revestir paredes y disimular grietas o desconchones. También para llenar una estancia de color con patrones y estampados exclusivos que crearán un nuevo ambiente en el espacio donde los coloques.
Existen diferentes tipos de papel, la elección de uno u otro dependerá de la función y uso que se le vaya a dar a cada una de los espacios donde quiera colocarse:
- Papel: está fabricado en papel y base textil. Es un material delicado pensado para colocarse en espacios con poco tránsito debido a su fragilidad.
- Vinilo: compuesto por papel y vinilo. Muy resistente a la luz y a la humedad por lo que puede colocarse en cualquier espacio debido a su extrema resistencia.
- Tejido no tejido: formado por una base textil y una capa de vinilo acrílico. El papel pintado vinílico es muy resistente por lo que se recomienda para zonas de mucho tránsito como habitaciones infantiles, pasillos, baños o cocinas.
Una vez identificado el tipo de papel que mejor se adapta a tus necesidades, llega el momento de definir el estilo, color y texturas del diseño del papel. Antes de la elección, es bueno saber qué efectos pueden lograrse con unos estampados o colores determinados:
- Papeles lisos y en tonos claros: para aumentar la sensación de espacio amplio y grande
- Papeles oscuros: para reducir la percepción de habitaciones demasiado amplias
- Papeles con estampados: ideales para empapelar una pared y conseguir que destaque frente al resto. Crearás diferentes ambientes en un mismo espacio.
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