Desde que el ser humano vivía en las cavernas se han decorado las paredes con pinturas. Ahora, hemos cambiado el pintar directamente sobre nuestras paredes por enmarcar las pinturas y colgarlas. Sin embargo, si lo que queremos es que sigan siendo un elemento decorativo y no un mero marco colgado de cualquier manera hay unas claves básicas que hay que tener en cuenta.
Algunas de estas claves son las siguientes:
– Altura. Aunque parezca obvio, la altura correcta es ni muy arriba, ni muy abajo. Hay que establecer una línea imaginaria en el centro del cuadro y colocarlo a la altura de los ojos.
– Composición. Aquí se pueden jugar con varias composiciones. Lo ideal sería dibujar una forma geométrica, por ejemplo, un cuadrado, con el grupo de cuadros de tal manera que, jugando con cuadros de diferentes tamaños se forma una figura simétrica. También se pueden colocar compartiendo la misma línea imaginaria del centro y alinearlos a ella, nunca alineados por la parte inferior o superior. Si se quiere optar por una composición más arriesgada y dinámica se puede jugar con un grupo de cuadros y colgarlos libremente pero siempre teniendo un cuadro captando el centro de atención y el resto como satélites.
– Tamaño. Un cuadro colocado encima de un mueble (un aparador, un sofá, una cama, etc.) no debe exceder las dimensiones del mueble.
– Distancia. El cuadro debe colocarse a una distancia respecto al mueble de entre 15 cm y 25 cm. Pero hay que tener en cuenta que el cuadro nunca deberá estar muy cerca del techo. En cuanto a la distancia entre cada cuadro ésta deberá mayor si se trata de cuadros grandes y menor si se trata de cuadros más pequeños. En cualquier caso, si buscamos una composición simétrica, la distancia entre cada cuadro que forma un conjunto siempre deberá ser la misma. Un truco es doblar el tamaño del ancho del marco para saber la distancia que debes dejar entre ellos, por ejemplo, si un marco mide 3 cm de ancho, deberás dejar una distancia de 6 cm entre el otro cuadro siempre y cuando los cuadros sean de la misma forma y tamaño.
– Lugar. Si vas a colocar cuadros en un lugar cerrado y pequeño es mucho mejor que optes por la verticalidad ya que harán que se vea el techo más alto y dará la sensación de mayor amplitud. En cambio, si vas a colocar cuadros en una pared muy ancha nunca optes por cuadros pequeños, es mucho mejor un cuadro grande o un grupo de cuadros.