Comer unas fresas recién cortadas o aderezar nuestra comida con unos tomates libres de fertilizantes es un placer que muchos de la ciudad envidian de los que viven en el campo y disponen de su propio terreno. No obstante, no contar con un huerto no significa no poder disfrutar de los beneficios de las frutas y verduras ecológicas plantadas por uno mismo.
Cada vez son más las personas que en los exteriores de su vivienda plantan un huerto ecológico urbano. En él puedes plantar casi de todo: cebollas, lechugas, pepinos, tomates, ajos, berenjenas, espinacas, rábanos, pimientos, fresas, perejil…
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No importa el espacio que tengas, sólo tendrás que tener en cuenta diferentes aspectos para que después de tu plantación puedas recoger buenos frutos.
- Elegir las especies que quieres plantar con cuidado y sembrarlas en la estación que toque. No mezclar especies que sean incompatibles o dejarles el espacio que necesiten para poder arraigarse y crecer.
- Colocar tu huerto ecológico en un espacio adecuado, orientado al sol, en el que le dé al menos 6 horas diarias en verano.
- Contar con una fuente de agua cercana. Muchas plantaciones necesitan de riego dos veces al día, sobre todo en verano. Con lo que es conveniente tenerla próxima para evitar molestias.
- Asegúrate de que el contenedor o recipiente de tu huerto tenga como mínimo entre 7 y 15 cm de profundidad y la tierra sea rica en nutrientes y materia orgánica.
- No usar fertilizantes ni insecticidas químicos. ¡Vas a crear un huerto ecológico! Lo ideal es optar por el abono orgánico.
- Una vez recojas los frutos de tu cosecha, lávalos muy bien antes de ingerirlos.
