No todos los operarios llevan cuidado a la hora de realizar una obra. Bien por prisas o por descuido, en muchas ocasiones nos encontramos con que tras realizar una reforma en el hogar nuestros azulejos, cristales o suelos se han llenado de manchas de yeso, cemento o pintura. Lo mismo puede ocurrirnos al entrar a vivir a un piso de obra nuevo.
Si al pensar en la limpieza de final de obra te entra el pánico, tranquil@, tenemos la solución.
Para azulejos
Mezcla una taza de agua caliente con dos tazas de vinagre de alcohol. Remueve y humedece las zonas afectadas con el líquido obtenido hasta que se reblandezca la mancha. Si no conseguimos resultados, ¡existe una solución más fuerte! Prepara una mezcla de sal de cocina con vinagre hasta que coja el espesor de una papilla. Frota con ella sobre la mancha.
Para suelos
En el caso de los suelos, la solución a aplicar en los mismos, si se trata de pavimento, es la misma que la elaborada para los azulejos.
Para los cristales
Prepara una taza de agua, una de alcohol de quemar y dos cucharadas de amoníaco y mézclalas. Aplicar sobre las manchas y aclarar con abundante agua.
Para el aluminio
En este caso la solución pasa por el aguarrás o el alcohol industrial que deberemos de aplicar sobre la suciedad. Después aclarar abundantemente con una solución ya elaborada de vinagre de alcohol y agua.
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